La epicondilitis, comúnmente conocida como «codo de tenista», es una afección que afecta a muchas personas, especialmente a aquellas que realizan actividades repetitivas con los brazos y las manos. Esta condición puede causar dolor y malestar, limitando la capacidad de realizar tareas cotidianas.
Qué es la epicondilitis lateral
La epicondilitis lateral es una inflamación de los tendones que se insertan en el epicóndilo lateral del húmero, el hueso del brazo que se encuentra cerca del codo. Esta inflamación se produce debido a un uso excesivo o a lesiones repetitivas, lo que provoca un dolor agudo en la parte exterior del codo.
Aunque se le llama «codo de tenista«, no solo los tenistas son susceptibles a esta condición; cualquier persona que realice movimientos repetitivos de la muñeca y el brazo puede desarrollarla.
Causas comunes del epicóndilo lateral
Existen varias causas comunes que pueden contribuir al desarrollo de la epicondilitis lateral. Una de las más frecuentes es la sobrecarga de los músculos del antebrazo. Esto puede ocurrir en deportistas que realizan movimientos repetitivos, pero también en trabajadores que realizan tareas manuales que requieren un esfuerzo constante.
Por ejemplo, carpinteros, pintores y mecánicos son algunos de los grupos más afectados. En el caso de los deportistas, actividades como el tenis, el golf y el levantamiento de pesas son particularmente propensas a provocar esta condición, ya que implican un uso intensivo de los músculos extensores del antebrazo.
Otra causa importante es la falta de calentamiento y estiramiento adecuado antes de realizar actividades físicas. La falta de preparación puede aumentar el riesgo de lesiones en los tendones.
Además, el uso de herramientas que no están ergonómicamente diseñadas puede poner tensión adicional en el codo y contribuir a la aparición de la epicondilitis.
Por ejemplo, el uso de un ratón de computadora que no se ajusta bien a la mano puede provocar una tensión acumulativa en el codo, aumentando el riesgo de desarrollar esta afección.
Asimismo, las posturas inadecuadas durante el trabajo o el ejercicio pueden exacerbar la situación, haciendo que los músculos y tendones se vean forzados a trabajar de manera ineficiente.
Por último, la edad también juega un papel en el desarrollo de esta condición. A medida que las personas envejecen, sus tendones tienden a volverse menos flexibles y más propensos a lesiones.
Esto significa que los adultos mayores son más susceptibles a la epicondilitis lateral, incluso si no participan en actividades deportivas intensas.
Síntomas del codo de tenista
Los síntomas de la epicondilitis lateral pueden variar en intensidad, pero generalmente incluyen un dolor agudo en la parte exterior del codo. Este dolor puede irradiarse hacia el antebrazo y la muñeca, y a menudo se agrava al realizar actividades que implican movimientos de agarre o extensión de la muñeca.
Por ejemplo, levantar objetos, girar una llave o incluso sostener un vaso puede resultar doloroso.
Además del dolor, algunas personas pueden experimentar debilidad en el antebrazo, lo que dificulta la realización de tareas cotidianas.
La rigidez en el codo también es un síntoma común, especialmente por la mañana o después de períodos prolongados de inactividad. En casos más severos, el dolor puede volverse crónico, afectando significativamente la calidad de vida del individuo.
Otro síntoma que a menudo se pasa por alto es la inflamación en la zona afectada. Esta inflamación puede ser visible y palpable, lo que puede llevar a la persona a sentir una sensación de calor en el codo.
Además, algunas personas pueden notar un chasquido o crujido al mover el codo, lo que puede ser indicativo de un daño en los tendones. Estos síntomas pueden ser especialmente preocupantes para los atletas y personas que realizan trabajos manuales, ya que pueden limitar su rendimiento y aumentar el riesgo de lesiones adicionales.
Ventajas de la fisioterapia para la tendinitis del codo
La fisioterapia es una de las opciones más efectivas para tratar la epicondilitis lateral. A través de un enfoque personalizado, un fisioterapeuta puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función del codo.
Uno de los principales beneficios de la fisioterapia es que se centra en la rehabilitación del área afectada, utilizando técnicas que promueven la curación natural del cuerpo.
Los fisioterapeutas pueden emplear diversas modalidades de tratamiento, como ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, terapia manual y técnicas de electroterapia.
Estos tratamientos no solo ayudan a reducir el dolor, sino que también mejoran la flexibilidad y la fuerza del codo, lo que es crucial para la recuperación a largo plazo.
Además, la fisioterapia puede proporcionar educación sobre la ergonomía y la prevención de lesiones. Aprender a realizar actividades diarias de manera más segura puede reducir el riesgo de recurrencia de la epicondilitis, lo que es fundamental para aquellos que están en riesgo debido a su trabajo o estilo de vida.
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Esto es especialmente importante para aquellos que desean volver a sus actividades diarias o deportivas sin temor a recaídas.