Comprender qué es, cómo se produce, sus grados de gravedad y los tiempos de recuperación es fundamental para un tratamiento adecuado y eficaz.
¿Qué es una rotura de fibras?
La rotura de fibras es una lesión muscular que consiste en la ruptura parcial o total de las fibras que componen un músculo.
Esta lesión suele producirse cuando el músculo se somete a un esfuerzo excesivo o a un estiramiento brusco, superando su capacidad de resistencia. El resultado es dolor localizado, inflamación y pérdida de fuerza en la zona afectada.
Esta lesión es especialmente frecuente en músculos que intervienen en movimientos explosivos o repetitivos, como los isquiotibiales, gemelos o cuádriceps.
La rotura de fibras puede variar en gravedad, desde una pequeña fisura hasta una rotura completa, lo que influye directamente en el tiempo y el tipo de tratamiento necesario.
Principales causas de una rotura
de fibras musculares
Las causas de una rotura de fibras son variadas, aunque en la mayoría de los casos están relacionadas con la práctica deportiva o actividades físicas intensas.
Una de las causas más comunes es el sobreesfuerzo, cuando el músculo se contrae con demasiada fuerza o durante un tiempo prolongado sin el descanso adecuado.

Otra causa importante es el estiramiento brusco o mal controlado, que puede ocurrir durante movimientos repentinos o cambios de dirección rápidos.
Además, la falta de calentamiento previo, la fatiga muscular y una técnica incorrecta al realizar ejercicios aumentan el riesgo de sufrir esta lesión.
Factores como la edad, la deshidratación, la mala alimentación o incluso problemas circulatorios también pueden predisponer a la rotura de fibras, ya que afectan la elasticidad y resistencia muscular.
Tipos y grados de desgarro muscular
La rotura de fibras se clasifica en diferentes grados según la gravedad del daño muscular. Esta clasificación es fundamental para determinar el tratamiento y el tiempo de recuperación.
- Grado I (leve): Se trata de una rotura mínima, con pocas fibras afectadas. El dolor es moderado y la función muscular apenas se ve comprometida. La recuperación suele ser rápida, en torno a una o dos semanas.
- Grado II (moderado): En este caso, la rotura afecta a un mayor número de fibras, provocando dolor intenso, inflamación y limitación funcional. La recuperación es más lenta y puede durar entre tres y seis semanas.
- Grado III (grave): Es la rotura completa del músculo o de un gran número de fibras, lo que implica una pérdida total de la función muscular. Este tipo de lesión puede requerir intervención quirúrgica y un proceso de rehabilitación prolongado, que puede extenderse a varios meses.
¿Cuánto tarda en curarse una rotura de fibras?
El tiempo de recuperación de una rotura de fibras depende del grado de la lesión, la zona afectada y el tratamiento aplicado.
En general, las roturas leves pueden curarse en una o dos semanas, mientras que las moderadas requieren varias semanas de descanso y cuidados específicos.

Las roturas graves, por su parte, pueden necesitar meses para una recuperación completa, especialmente si se requiere cirugía. En estos casos, la rehabilitación juega un papel crucial para evitar secuelas y recuperar la funcionalidad del músculo.
Es importante destacar que forzar la recuperación o retomar la actividad física antes de tiempo puede agravar la lesión y prolongar el proceso, por lo que el seguimiento médico y fisioterapéutico es fundamental.
Rehabilitación tras una rotura muscular: pasos clave para una buena recuperación
La rehabilitación es un proceso esencial para asegurar una recuperación óptima tras una rotura de fibras. En primer lugar, se recomienda aplicar el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) durante las primeras 48 a 72 horas para reducir la inflamación y el dolor.
Posteriormente, se inicia un programa de fisioterapia que incluye técnicas de masaje, estiramientos suaves y ejercicios de fortalecimiento progresivo.
La fisioterapia ayuda a restaurar la movilidad, mejorar la circulación y prevenir la formación de tejido cicatricial que pueda limitar la función muscular.
Además, es fundamental adaptar la actividad física a la evolución de la lesión, evitando movimientos bruscos y respetando los tiempos de descanso.
La rehabilitación debe ser personalizada y supervisada por profesionales para asegurar que el músculo se recupere completamente y minimizar el riesgo de recaídas.
Beneficios de la fisioterapia para un desgarro muscular
La fisioterapia es una herramienta clave en el tratamiento de la rotura de fibras, ya que acelera la recuperación y mejora la calidad del tejido muscular.
Entre sus beneficios destacan la reducción del dolor y la inflamación, la mejora de la circulación sanguínea y el aumento de la elasticidad muscular.

Además, la fisioterapia contribuye a recuperar la fuerza y la funcionalidad del músculo afectado mediante ejercicios específicos y técnicas manuales. También ayuda a prevenir complicaciones como la rigidez articular o la formación de adherencias que pueden limitar el movimiento.
El acompañamiento profesional durante la rehabilitación garantiza que cada fase del tratamiento se realice de forma segura y efectiva, adaptándose a las necesidades individuales de cada paciente.
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